La arquitectura juega un papel fundamental en el diseño de las esculturas de metal de Chelita.
Como artista escultora, estudia el tema y sus proporciones, define las dimensiones y realiza los cálculos necesarios para que la obra sea armoniosa y proporcional a la realidad. Luego, diseña las
piezas individuales de la escultura utilizando un programa (como hacía en arquitectura con AutoCAD) y crea un pequeño modelo en aluminio. Elige el material y el grosor del acero inoxidable y/o el
acero corten para crear esculturas reflectantes que interactúan con el entorno.
Chelita envía los diseños a un taller de metalurgia, donde las placas se cortan con láser. Una vez cortadas las piezas, supervisa los procesos de doblado y soldadura para ensamblarlas y completar
la escultura. Sus obras también incluyen esculturas al aire libre, diseñadas para integrarse con el entorno exterior, y esculturas a medida, creadas para satisfacer las necesidades específicas de
cada cliente. Cada escultura es única, ya que Chelita no produce obras en serie.