ESCULTURAS DE METAL REFLECTANTES

La arquitectura juega un papel fundamental en el diseño de las esculturas de metal de Chelita. Como artista escultora, estudia el tema y sus proporciones, define las dimensiones y realiza los cálculos necesarios para que la obra sea armoniosa y proporcional a la realidad. Luego, diseña las piezas individuales de la escultura utilizando un programa (como hacía en arquitectura con AutoCAD) y crea un pequeño modelo en aluminio. Elige el material y el grosor del acero inoxidable y/o el acero corten para crear esculturas reflectantes que interactúan con el entorno.
Chelita envía los diseños a un taller de metalurgia, donde las placas se cortan con láser. Una vez cortadas las piezas, supervisa los procesos de doblado y soldadura para ensamblarlas y completar la escultura. Sus obras también incluyen esculturas al aire libre, diseñadas para integrarse con el entorno exterior, y esculturas a medida, creadas para satisfacer las necesidades específicas de cada cliente. Cada escultura es única, ya que Chelita no produce obras en serie.

 

Chelita cree que "la naturaleza es la obra de arte más grande e incomparable" y por eso creó una metamorfosis simbólica del metal, un producto inanimado, en una escultura metálica "viva". Estas esculturas reflectantes se mimetizan con el entorno gracias a las propiedades reflectantes de los materiales pulidos con los que están fabricadas (acero inoxidable y aluminio), brillando con los rayos del sol y algunas moviéndose parcialmente con el viento.

Las esculturas de Chelita son una expresión del espíritu y la espiritualidad de México, país de origen del artista y arquitecta. La naturaleza, el sentimiento de libertad, la feminidad, la mitología y la espiritualidad han inspirado sus obras de arte, ya visibles en tres museos en Italia y México, así como en lugares públicos en Italia. 

Andrea Baffoni


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