CRÍTICA DE ARTE · 02 de agosto de 2024
UN VIAJE A LA NUEVA ICONOGRAFÍA ESTÉTICA EN LA ESCULTURA CONTEMPORÁNEA
Chelita Zuckermann, mexicana naturalizada italiana desde hace muchos años, es una artista extraordinaria, una arquitecta que se destaca por su capacidad de
entrelazar narrativas visuales complejas con una profundidad emocional rara. Sus obras, que abarcan desde el diseño de esculturas para espacios exteriores y museos, revelan un talento
innato para explorar los temas de la naturaleza y la transformación de los sentimientos vinculados a ella.
La técnica de Zuckermann se caracteriza por una fusión de elementos metálicos y pintura, todos elementos contemporáneos que utiliza para interpretar lo
mejor posible su mundo vinculado a su tierra natal, como la representación de tiburones, delfines y criaturas místicas como los ángeles. Sus esculturas son vibrantes, pero nunca
estáticas, se fusionan con el entorno en el que están ubicadas y crean un efecto sugerente muy original gracias a los juegos de sombras y luces obtenidos de las tiras de metal que se
encuentran elegantemente para formar un tigre, un delfín, tiburón, mariposa o ciervo, creaciones originales que muestran el dominio del oficio y la creatividad de la artista. El
observador, con un ojo atento a los detalles, puede admirar la combinación de texturas diferentes en sus obras tridimensionales, donde agrega una dimensión táctil invitando a los
espectadores a interactuar físicamente y emocionalmente con sus esculturas.
El trabajo de Zuckermann explora temas profundamente personales y universales. Su arte refleja a menudo sus experiencias de vida, entrelazando la identidad
cultural y la resiliencia. Zuckermann tiene una capacidad extraordinaria para transformar lo personal en lo universal, permitiendo que los espectadores encuentren resonancias de sus
propias experiencias en sus obras. Esto hace que su arte no solo sea visualmente cautivador, sino también emocionalmente poderoso.
Chelita Zuckermann ha exhibido sus obras en numerosas galerías y museos de prestigio, recibiendo amplios elogios de la crítica. Su capacidad para innovar,
manteniéndose fiel a sus raíces, ha atraído la atención de coleccionistas y amantes del arte de todo el mundo. Zuckermann también ha recibido varios premios y reconocimientos por su
contribución al arte contemporáneo, consolidando su posición como una de las voces más interesantes en el panorama artístico actual.
Chelita Zuckermann es una artista que desafía e inspira. Sus obras, impregnadas de una intensa carga emocional y una refinada maestría técnica, ofrecen una
profunda reflexión sobre la condición humana. Con cada nueva creación, Zuckermann continúa expandiendo los límites del arte, invitando a los espectadores a explorar nuevos horizontes de
belleza y significado. Su arte es un viaje que vale la pena emprender, un testimonio del poder transformador de la creatividad.
Carmelita Brunetti
CRÍTICA DE ARTE · 12 de julio de 2024
VISIONES DE NICOLETTA TAMARIN
Nacida y criada en México, donde desempeñó la profesión de arquitecta hasta 2006, Chelita Zuckermann se acerca gradualmente al arte y, en particular, a la
pintura. Luego descubre en el original lenguaje escultórico que ella misma ideó y pensó durante mucho tiempo, en el que el metal y el acero son los indiscutibles protagonistas, la
verdadera posibilidad de combinar su formación original con la creativa y volcánica creatividad con la que ha sido dotada desde siempre.
Desde joven, fascinada por la exuberante naturaleza de su tierra natal, Zuckermann ofrece a plantas y animales, a menudo insectos, la oportunidad de un
renacer con dimensiones, colores y sustancias diferentes de la naturaleza original. Anticipando quizás proféticamente las recientes elaboraciones de la zootecnia robótica, les entrega,
como iconos de un futuro próximo, al imaginario colectivo. Producto de un minucioso estudio biológico, una planificación técnica precisa y una igualmente precisa realización en escala con
aluminio, acero inoxidable y acero corten, sus criaturas brillantes y luminosas, ya ubicadas en muchos museos, dominan el espacio y nuestra imaginación.
Nicoletta Tamarin
CRÍTICAS DE ARTE · 05 de agosto de 2020
METAMORFOSIS DE UN PRODUCTO INERTE A ESCULTURAS "VIVAS"
Considerando que el ser humano está causando daños al ecosistema, provocando enormes consecuencias en la biodiversidad que sustenta la vida en la Tierra,
Chelita quiso rendir simbólicamente homenaje a los insectos (una abeja, un grillo, una libélula y las mariposas), tan importantes para nuestro ecosistema, y en particular a la abeja,
transformando láminas de aluminio y acero en esculturas.
De este modo, realizó una metamorfosis simbólica de un producto inerte a una escultura "viva" que se mueve con el viento y resplandece bajo los rayos del
sol, para llamar nuestra atención sobre la importancia vital de los seres vivos representados.
El cuerpo hueco y lleno de transparencias de los insectos de Chelita simboliza la ligereza y fragilidad de estos seres, que contrastan con la fuerza y
resistencia del aluminio, testigo de su extraordinaria tenacidad.
Finalmente, con ellos, Chelita quiere subrayar el delicado momento de transición que está viviendo la humanidad, de la sociedad que bien conocemos a una nueva era donde las máquinas están cada vez más presentes en la vida cotidiana. No es casualidad, de hecho, que los ingenieros electrónicos se inspiren en los insectos para construir robots capaces de explorar Marte y otros cuerpos celestes, o incluso realizar actividades peligrosas en la Tierra para las personas.
Andrea Baffoni
CRÍTICAS DE ARTE · 23 de abril de 2019
EN LAS ALAS DE UNA MARIPOSA
No es casualidad, en mi práctica como intérprete del arte contemporáneo, revisar mis creencias con respecto a los contextos expresivos que se alejan de la
tradición.
En el diccionario de términos utilizados en la crítica de arte actual, donde predominan las doctrinas e intenciones del Arte Conceptual, han desaparecido
casi por completo palabras como emoción, armonía, mensaje, expresión, que, en cambio, siguen siendo significativas para mí.
Para explicarme mejor, quiero ejemplificar con los artistas del ámbito Conceptual, que operan a través de facetas que no tienen como tema el Arte, sino la filosofía, ofreciendo productos con estructuras estéticas variadas, como los severos protagonistas del Arte Povera. Ellos generalmente usan materiales pobres e inusuales como piedras de arroyo, maderas de árboles o láminas de hierro oxidado. Así nace una inversión entre formas, materiales y conceptos, mediante experimentaciones estéticas. En este contexto, se prohíben los cánones estéticos del pasado.
En este sentido, me inclino a considerar los trabajos de Chelita Zuckermann como apropiados para una ubicación en el ámbito Conceptual, tanto desde el punto
de vista de la construcción compositiva como de la tipología del material con el cual la autora lleva a cabo su experimentación. Aparentemente, su forma de proceder se ajusta a la fórmula
profesional del artesano, hábil y sabio al cortar, en este contexto, la lámina de aluminio, tradicionalmente de uso industrial. Con gran talento, valora el material, maleable en el corte,
en formas aptas para una figuración plástica, idealmente imaginada como un ensamblaje de piezas individuales, nacidas de la intuición y la emoción creativa.
Pero su manera de proceder se diferencia y evoluciona respecto a la de los operadores estéticos del Arte Povera, ya que utiliza la fuerza de la Poesía, que
se convierte en una esencia inmediata y tangible.
Chelita Zuckermann es una artista visionaria, mensajera de emociones y armonía espiritual. Su tema principal es el territorio de la Naturaleza, donde se
eleva hacia el cielo una mariposa, cuyas alas en aluminio reflectante, en los colores del oro y la plata, seducen con las coincidencias de los reflejos de la luz. Me son desconocidas
otras composiciones de calidad y ejecución similar, es decir, de una estructura ostensiblemente pesada pero, a la vista, de una ligereza diáfana, y me asombran las composiciones florales
de una aparente, pero engañosa, simplicidad ejecutiva.
El aluminio es aquí, por lo tanto, una herramienta expresiva meditativa, destinada a reflejar la magnificencia cromática de la madre naturaleza; un espejo
mágico que revela sinfonías de formas y colores; un mensajero jubiloso de la presencia del viento y las plantas cuando, al aire libre, recoge su ligero movimiento, y finalmente, bajo la
luz artificial, testigo del silencio metafísico de la noche y narrador de las estaciones de la vida sobre las alas de una mariposa.
Paolo Levi
ENTREVISTA A CHELITA ZUCKERMANN · 02 de febrero de 2021
EL ALMA SECRETA DE UNA POETISA
La arquitecta y escultora italo-mexicana Chelita Riojas Zuckermann es una experta en combinar el rigor técnico con la poesía de la forma.
Desde el primer acercamiento visual, el observador atento y sensible se ve emocionalmente involucrado y se siente motivado a profundizar en el proceso
creativo de esta extraordinaria mensajera de emociones visuales.
Por mi parte, para comprender mejor su personalidad creativa, investigué con atención el conjunto de sus obras y, por lo tanto, le hice preguntas precisas
sobre su investigación.
Trabajo con láminas de aluminio espejado incoloro, martillado espejado incoloro y aluminio anodizado en varios colores. Son láminas delgadas, de 0.5 a 1 mm, porque si son más gruesas no se pueden doblar con las manos, y si necesito grosores mayores, uno de dos a cuatro. Siempre me ha gustado crear objetos con las manos y siempre me ha fascinado entrar en las ferreterías para ver si encontraba algo para montar o construir. Así que, en 2016, encontré estas láminas de aluminio que, por su consistencia, me hicieron pensar en plantas. Las compré junto con unas tijeras para cortar láminas. Al llegar a casa, hojeé un libro y decidí hacer agaves, que son plantas típicas de México, donde nací y viví hasta 2006.
Para cortar el aluminio uso una cizalla mecánica y tijeras para láminas. Para doblar, utilizo métodos rudimentarios, ya que trabajo con las manos y para
hacer curvas uniformes, uso tubos de PVC de varios diámetros.
Para unir las láminas de aluminio, uso un taladro con el que perforo las láminas, que luego se unen con tornillos y tuercas de acero inoxidable y/o
galvanizado, y con remaches de aluminio incoloros y de colores; también uso un compresor (para los remaches), alicates, destornilladores y mordazas. A veces utilizo bisagras.
Por lo general, las ideas me llegan durante la noche. Me despierto y ya tengo en mente lo que voy a hacer. Si se trata de un insecto, estudio su forma, sus dimensiones y cómo se mueve. Además, investigo su función en la naturaleza, su significado simbólico no solo en la historia, sino también en leyendas y en diferentes culturas. Luego determino su tamaño y, a continuación, hago todos los cálculos para que la obra resulte armónica y proporcionada con la realidad. Procedo de la misma manera para todas mis obras, ya sean plantas, animales o personas.
Autora talentosa de formas visionarias, Chelita Riojas Zuckermann es una escultora de destellos solares, opuesta a la melancolía de la sombra, revelando las
mutaciones expresivas de la luz y confiando en la sensibilidad perceptiva del espectador. Son mensajes plásticos llenos de dulzura, como la Niña con el globo; suntuosos y policromáticos,
como la maravillosa Mariposa; intensos y espirituales, como el Ángel; inmanentes y sabios, como la Gimnasta con cinta.
Son espejos de inteligencia ejecutiva, como Pegaso, el inquieto caballo alado aterrizado directamente desde la mitología griega en un puerto fuera del
tiempo y de la historia, pero traducido a un lenguaje exquisitamente contemporáneo. Es decir, una sinfonía de elementos, donde el ícono mítico se convierte en carne
brillante.
Para abordar sin crípticos intelectualismos los constructos plásticos de Chelita Zuckermann, es necesario captar en los destellos intermitentes de las
superficies el reflejo de un alma solar. Las variables de la luz reflejada transmiten la ilusión de la completitud de las formas, donde los vacíos se cuelan como pausas musicales. Además,
la claridad visual –por ejemplo, la de Agave resplandeciente y Flor de cactus– se convierte en danza bajo el soplo del aire libre, donde la aparente fragilidad del aluminio destaca su
función narrativa, y donde los destellos brillantes bajo el sol transfieren nuevos significados a la aséptica materia.
La comunión con la naturaleza, los insectos, la figura humana y los ángeles con alas transparentes, expresa la personalidad de una escultora libre de los
límites conceptuales del arte contemporáneo. Concede plena libertad al flujo de la intuición, la captura, la memoriza mediante bocetos mentales preparatorios; se advierte su pasión por
abordar y equilibrar la idea primaria con la construcción final, elevada a símbolo eficaz mediante luces arcanas y frágiles transparencias. Presencias estáticas y, a la vez, móviles,
verosímiles y, a la vez, abstractas, son los reflejos de un acto ejecutivo que anuncia las verdades secretas de una poetisa.
Paolo Levi
CARTA Y POESIA SOBRE LOS ANGELES DEL PROF. PAOLO LEVI A CHELITA
Querida Chelita,
Mi respuesta es afirmativa a la pregunta de si tus obras en aluminio tienen la dulce y misteriosa transparencia de la madre naturaleza; son preciosos homenajes a grillos, abejas, mariposas.
Pero cuando se introduce la presencia de los Ángeles en el repertorio, el territorio escénico cambia sustancialmente.
A este respecto, quiero citar algunas líneas de Harold Bloom, crítico literario
recientemente fallecido, tomadas de su valioso ensayo Anatomy of Influence, que parecen dirigir los versos que te he dedicado: "Criticar en el verdadero sentido del término
equivale a pensar de manera poética en un pensamiento poético". Es decir, si usara la prosa habitual, tus criaturas poéticas permanecerían en un estado de silencio permanente, en una
condición estática anónima. Y el observador quedaría completamente despojado de revelaciones sobre su filigrana espiritual.
Vístete del Arcángel de tu conocimiento,
abriéndose a las blancas alas del viento,
entre las barras inmanentes de lo incierto,
verás de nuevo la casualidad de la existencia.
Cerillo amoroso frente al espejo,
vórtice de madurez del hombre,
mientras el ángel se duerme asombrado
deshojarás la castidad de la partitura.
Escucha el concierto para violín,
observando la viola del aliento.
El ángel realizará tu destino,
contándote las crónicas celestes
de pequeños querubines de plumas modestas
dedicado al alba para entonar las liras,
suave nube con aires de consuelo
en el infinito cambio del Jardín.
Canción de la rapsodia de la mañana
flauta mágica a lo largo de los caminos,
suspira el ángel amarillo canario
El cielo nace de mil azules,
donde suenan las cuerdas de la lira.
Paolo Levi
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